La gaviota viguesa (o esas comadrejas localistas con alas)

Publicado el lunes, 25 de enero de 2010

Una sabia persona me dijo una vez, antes de ir a las Cíes, algo como esto: "cerca del faro te encontrarás montones de gaviotas, te cortarán el paso y parecerá que te están chuleando. Tendrás ganas de pegarles una patada en todo el pico, pero mejor no lo hagas. O saldrá un ecologista y te pateará él". Y me comporté, no sé si porque tengo un buen corazón o porque me dan miedo los ecologistas de las Cíes.


Más tarde me di cuenta de que en esta ciudad no hay casi palomas, pero esta repleta de gaviotas. Hasta el punto de ser la ciudad con más comadrejas con alas de toda la península, según el último censo de 2008, más de un millar de parejas pacían sólo en el centro. Sin hacer nada en especial, sólo aguardando a que una señora mayor tropezase o que un niño se metiese solo en un callejón en busca de la pelota. Y entonces, ¡zas!

Se cerró el tema de las gaviotas hasta hace una semanas, aunque no deja de ser simpático ir a tirar la basura y encontrarse un animalito subido en el contenedor, al que amablemente le tienes que decir "arrea pá bajo o te meto con el brick de la leche, cagüen lo que se menea". El caso es que comiendo con algunos compañeros de departamento descubrí que había una gaviota autóctona. Sí, sí, propia de Vigo (aunque, mejor dicho, de las Cíes). Se llama Larus michahellis (o gaviota patiamarilla) y su colonia principal está en las islas, aunque también están conociendo mundo. Un vigués de pro sabe distinguirlas a 300 metros de distancia o con sólo escuchar su graznido desde cualquier punto de la ciudad. Vamos, que venga Feijóo y le cuente a estas gaviotas lo del localismo.

En imagen, una gaviota otea el horizonte desde una farola desde uno de los puntos más elevados de la ciudad. Sabe que planeando puede estar en dos minutos en el puerto. Sabe que una viejecita indefensa puede haber tropezado en cualquier rincón, porque huele el miedo.

Sin comentarios

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails