Un circuito entre cuestas

Publicado el miércoles, 22 de septiembre de 2010

Si cuando yo digo que en esta ciudad lo de las cuestas es una forma de vivir, no exagero. Así pasa que los de la bebida de taurina que te da alas se dedicaron el fin de semana pasada a despeñar coches por las cuestas de Vigo. ¿La excusa? La Red Bull Autos Locos, la segunda cita de esta conocida carrera en la península, después de Barcelona. En aquella ocasión, además, acabaron tirándose al agua.


En cualquier caso, unos sesenta y pico artilugios se despeñaron por setecientos metros de recorrido con pendientes de hasta el 10 %, coronados con una curva de 90 grados de infarto. Algunos llegaron de milagro; por supuesto, otros ni lo consiguieron. Y, aunque fue más largo y aburrido de lo que parece, allí estuvimos. No hubo sangre ni golpes dramáticos, pero sí abandonos sonados. Una versión moderna de las clásicas carrilanas que se celebran en muchas poblaciones gallegas, con algo menos de glamour. Porque, eso sí, el equipo ganador se llevó un viaje al GP de Brasil, con gastos pagados y un puesto reservado en el box de Red Bull. ¿Nos animamos para el año que viene?

En imagen, una mujer parturienta se desliza por el asfalto vigués, tras haber acabado su recorrido. Ingenio no le falta, otro cantar será la seguridad y la velocidad... Y ríete del circuito de Valencia y de sus F1.

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